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La Unidad de Atención Diurna reanuda los Talleres de Memoria por vía telemática


La Unidad de Atención Diurna de Fundación ACE ha retomado los Talleres de Memoria esta semana, una iniciativa que ha sido muy bien acogida por parte de todos los usuarios y usuarias. Los talleres, que han pasado a impartirse ahora por vía telemática, están coordinados por el psicólogo evaluador Joan Hernández y la terapeuta ocupacional Maribel Vera.

En las primeras sesiones, los usuarios y usuarias han compartido sus escritos sobre cómo están viviendo estas semanas de pandemia por el COVID-19. Así, Pedro Rojas asegura que “el coronavirus nos hace quedarnos a casa y, si salimos, tenemos que llevar la mascarilla, pero así estaré contento sin peligro”. Andrés Sánchez explica que “sufrí un ictus y he continuado en confinamiento y, si salgo a la calle, solo ando un kilómetro porque tengo que vigilar con la pierna”. Por su parte, Josep Lluís Manobens considera que “esta pandemia es una experiencia nueva y muy seria. Tenemos suerte de no tener ningún familiar ni amigo contagiado y espero que se encuentre remedio pronto".


La importancia de las rutinas y los horarios

Hay usuarios y usuarias que han creado sus propias rutinas y reconocen que no están llevando tan mal el hecho de continuar confinados. Por ejemplo, Enrica recuerda que su hija, que vive en Valencia, vino a visitarla cuando se declaró el estado de alarma y ya no pudo regresar. Para ella ha sido “una alegría porque así no me quedaba sola en casa”. Entre las dos, se organizan un horario y unas actividades cada día: “Hacemos gimnasia, ejercicios de memoria, limpiamos, cocinamos, jugamos al Scrabble, vemos películas, caminamos por el piso e incluso hacemos mandalas”.

El caso de Gonzalo Vidal-Quadras es al contrario: le cogió la situación pasando el fin de semana en Puigcerdà y desde allí se conecta a los talleres. Él y su mujer han adquirido nuevas rutinas, pero aun así se pregunta: “¿Cómo es posible que, hoy en día, nos hayamos de recluir porque ha aparecido un nuevo enemigo de la salud por sorpresa sin que lo hayamos previsto y sin estar preparados?”. Otro usuario, Josep Serrano, afirma que “he sentido miedo al contagio y me ha sorprendido mucho la importancia mundial de este virus”.

También Pilar Abril ha compartido en el taller que “cada día olvido más cosas y me noto más despistada, pero tengo muchas ganas de volver a las clases presenciales, porque me airean, me alegran y resultan muy tonificantes. He tenido mucha suerte con el profesor y los compañeros”. Y Ferran reconoce que “nunca habíamos estado tantos días solos mi mujer y yo, ¡y nos ha ido tan bien!”.

Hay muchas más sensaciones que han compartido en estas primeras sesiones los y las participantes de los Talleres de Memoria. Para Fernando Rincón “ha supuesto una situación de alejamiento físico de todo el mundo, a pesar de las nuevas tecnologías. El confinamiento me ha dado la oportunidad de poder leer sin limitación de tiempo y de ordenar mi biblioteca”. Y Adriana afirma que “estaba confinada y no tenía receta de un medicamento para la depresión. Vosotros lo habéis podido conseguir. ¡No os podéis imaginar como os quiero a todos y todas!”.

Los talleres de estimulación de la memoria están dirigidos a personas que presentan pérdidas de memoria. Este tipo de intervención terapéutica hace viable el mantenimiento durante el mayor tiempo posible de la autonomía funcional en la vida diaria de la persona afectada. Los grupos de talleres de memoria son reducidos, con un máximo de siete personas, y el usuario asiste a dos sesiones semanales de una hora y media de duración.

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